Evangeliosegún san Mateo 8, 5-11. Cuando hubo entrado en Cafarnaúm, se le aproximó un centurión y le suplicó, diciendo: “Señor, mi criado está en casa, postrado, paralítico, y sufre terriblemente”. Y Él le dijo: “Yo iré y lo sanare”. Pero el centurión replicó diciendo: “Señor, yo no soy digno de que entres bajo mi techo
Señor —dijo el oficial—, no soy digno de que entres en mi casa. Tan solo pronuncia la palabra desde donde estás y mi siervo se sanará. Ver Capítulo Copiar . respondiendo, dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo, pero sólo dilo de palabra, y mi siervo será sanado, Ver Capítulo Copiar . Biblia Serafín de Ausejo 1975.
NoSoy Digno, publicado y/o vendido por Oregon Catholic Press para iglesias, escuelas, seminarios, Encontrar No Soy Digno en: Flor y Canto, Cuarta Edición. Tu Amor Es Fiel. Previous. Next. Press) se ha comprometido en ofrecer los mejores recursos, música y servicio a las parroquias católicas y personas de fe en los Estados Unidos y
Cuán bueno eres, Jesús, porque me permites estar siempre en presencia tuya!“Señor, una palabra tuya bastará para sanarme.” ¡Cuántas veces he repetido esta frase durante la misa! Reconozco que soy pequeño delante de Ti, Dios mío, y que a veces no he sabido corresponder a tu amor. Pero el ejemplo del centurión anima mi fe. Señor, VersículoMateo 8:8 —Señor —dijo el oficial—, no soy digno de que entres en mi casa. Pero el centurión, respondiendo, dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo, pero sólo dilo de palabra, y mi siervo será sanado, Ver Capítulo Copiar .
Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme” (Mt 8,5-13). Esta es la frase que decimos en la Eucaristía, justo antes de la comunión. Está tomada de la escena del evangelio que narra el encuentro del centurión romano con Jesús y, por alguna razón, se coló en la liturgia quedando grabada para
Enaquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaúm, se le acercó un oficial romano y le dijo: “Señor, tengo en mi casa un criado que está en cama, paralítico, y sufre mucho”. Él contestó: “Voy a curarlo”. Pero el oficial le replicó: “Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa; con que digas una sola palabra, mi criado Jesússana al Siervo del Centurión – Mateo 8:5-13. Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole, y diciendo: Señor, mi criado está Por qué en la Misa, antes de acercarnos a la Eucaristía, decimos: «Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una sola palabra tuya bastará para sanarme»? (F.B.) Responde RobertoPerola preocupación por el siervo le hace osar, y dice: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano» (v. 8). Es la frase que también nosotros repetimos en cada liturgia eucarística.Señor yo no soy digno de que tú entres en mi casa Lunes 17 de septiembre ¡Paz y Bien! Evangelio Lucas 7, 1-10 En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar a la gente, entró en Cafarnaúm. Había allí un oficial romano, que tenía enfermo y a punto de morir a un criado muy querido.Todos Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme. Para recibir la Primera Comunión Sacerdote: El cuerpo de Cristo. Todos: Amen. Sacerdote: La sangre de Cristo. Todos: Amen. Rito Señor no soy digno. Bb F C7. de que entres en mi casa. F Am Dm. pero una palabra tuya. Bb G7 Bb6 C7 F. bastará para sana – ar – me. F Am Dm Eres el Pan de Vida, F Am Bb6 C7 a todos das la paz: F Am Dm quien come de tu carne Bb G7 Bb6 C7 por siempre vivirá. Somos el nuevo pueblo que Cristo congregó, vivamos siempre unidos, testigos Peroel centurión le replicó: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo
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YJesús fue con ellos. Pero cuando ya no estaban lejos de la casa, el centurión envió a él unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo; por lo que ni aun me tuve por digno de venir a Perome sostiene la firme esperanza de que tu amor y tu misericordia son siempre más grandes que mi pecado. Eres un Padre amoroso, que me espera con los brazos abiertos para perdonarme. A Ti, Señor, me entrego y en Ti confío. Lectura Bíblica según el Evangelio del día: “No soy digno de que entres en mi casa” (San Lucas 7,1-10).Jesúsiba con ellos, pero cuando ya no estaba lejos de la casa, el centurión envió a unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes más, porque no soy digno de que entres bajo mi techo; Lucas 15:19,21 ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo; hazme como uno de tus trabajadores.' Juan 1:27 El es el que viene después de mí, a quien
Hoy como este hombre, pidamos al Señor la gracia de la humildad que nos lleva a confiar en Él y decirle conscientemente y de corazón “Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para”. «Todos nosotros tenemos necesidad de ser curados, todos, porque todos tenemos enfermedades espirituales. Todos.
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